UNA GOTA DE LLUVIA

 

Mamá, ¿por qué cae agua de las nubes?”, esta es una frase que probablemente nuestros hijos nos hayan formulado más de una vez. Y posiblemente, después de una breve explicación acerca de la lluvia, y del ciclo del agua en general, los pequeños de la casa hayan querido saber más y más.


Aunque este tipo de conocimientos los niños los adquieren en el colegio, siempre están dispuestos a que su familia les cuente todo aquello que tiene que ver con el ciclo hidrológico y esa manera mágica que tiene el agua del mar de evaporarse, condensarse y convertirse en una nube que después rociará con lluvia a la tierra.


Para explicar a los peques este concepto tan útil, es fundamental presentarles el agua en todas sus formas, con el fin de que luego entiendan el proceso. Relacionar los conceptos del ciclo del agua con la vida real les ayudará a conseguir entenderlo si además se divierten.


Explicarles cada forma que es capaz de otorgar el agua hará que les llame mucho la atención la transformación que puede llevar el agua:


  • El estado líquido del agua: Es el más sencillo, puesto que ellos mismos pueden palpar ese agua con la que se bañan , que beben, y con la que se mojan cuando ésta cae de las nubes.

  • El estado sólido del agua: A todos los niños les llama la atención un hielo, que fácilmente pueden reconocer, y qué decir de la nieve. De este modo también entenderán su estado. Además, que vean con sus propios ojos cómo se derrite hará que entiendan el anterior, o el siguiente.

  • El estado gaseoso del agua: Para que los niños puedan comprender por qué el agua de los mares se evapora y después se convierte en precipitación, podemos hacer la prueba con ellos con un recipiente o un paño mojado en una ventana, de esta manera lo comprenderán fácilmente.


Por otro lado, os dejo un maravilloso cuento para poder trabajar con los peques el ciclo del agua:


Mar, era una gotita de lluvia que vivía en una nube escuela.

Las gotas de lluvia, como son todas iguales, en vez de nombre tienen número: “gota 1, gota 2, gota 3…”, pero Mar, ¡era una gotita especial! Se llamaba Mar porque tenía un sueño: cuando se hiciese mayor, grande y gruesa, quería caer en el mar y deslizarse haciendo surf encima de una ola. Cuando la nube pasaba por encima de la playa, la gotita Mar, se asomaba por el borde la nube para ver las olas, y las horas pasaban y pasaban y se olvidaba de ir a clase.

La señorita Gotota y el señor Goterón se enfadaban mucho con Mar porque no se sabía la lección.

- ¡Gota 526! - Decía la señorita Gotota, - ¿otra vez en las nubes? Pero no en ésta… ¡Ainsss!-

- Que no me llamo 526, ¡QUE – ME – LLA-MO - MAAAAAR! - Gritaba la gotita.

- Bueno, pues Mar. - Decía el señor Goterón. - Cuando venga la gota fría… ¡no vas a saber qué hacer! Y ahora dime, ¡Ejem, ejem!: ¿Sabes lo que es un chubasco?, ¿un aguacero?, llovizna, orballo, ¿chaparrón?, ¿tormenta?, ¿huracán?, una manga de agua, un tifón, ¿la lluvia ácida?, ¿tromba?, ¿galerna?, ¿ciclogénesis?… Una lluvia tropical, monzón, temporal, xirimiri, ¿rocío?, ¿granizo, nieve?, ¿tempestad?, ¿ciclón?…



- ¡Ay, ay! - decía la señorita Gotota, - que esta gotita tiene la cabeza más dura que un granizo. ¡Que quiere caer en el mar y va a acabar siendo nieve de montaña! -.


- ¡No, no! - decía Mar, - ¡A la montaña no, que es muy aburrido! Yo quiero surfear encima de las olas.


- Pues ya sabes 526, digo... Mar – decía Goterón, - a escuchar con atención la lección.


Y Mar empezó a escuchar y aprender, y a saber lo que eran las tormentas, las lloviznas, las trombas, los frentes fríos, los anticiclones… Aprendió también, todas las maneras que había de caer en las nubes en forma de lluvia, y se preparó muy bien para la gota fría.


Un día, la nube escuela se puso muy gris. Debajo, en la tierra, hacía muchísimo calor, y por encima de la nube hacía ¡tanto frío!… que algunas gotas… ¡ya eran granizos!

Gotota y Goterón andaban muy atareados organizándolo todo.



Mar, que ya era una gota de lluvia grande y gruesa, estaba muy nerviosa porque era su primer día de descarga. También estaba un poco asustada, ya que los rayos andaban dando saltos de aquí para allá, gastando bromas a las gotas, iluminándolas de repente con un chasquido seco: “Kchssssssss”, y además estaba el trueno, que con su vozarrón retumbante hacía que las gotas no escucharan con claridad lo que decían Gotota y Goterón “¡BRRROOOOUUMMM!” Y me olvidaba del viento, que movía a las gotas de un lado a otro, derecha, izquierda, derecha, izquierda… “FUUUUIIIUUU, FUUIIIIIUUUU”, lo que hacía que el trueno se riera más fuerte todavía: “BROUUMMM, BRRRROOUUUMMM, broumm, bum”.



- ¡TODAS EN FORMACIÓN DE MIIIL! - gritaba Gotota por encima del trueno, - UNAS JUNTO A OTRAS DEJANDO UN ESPACIO... ¡TRUENO POR FAVOR! - gritó Gotota con todas sus fuerzas y bajó el tono de voz para decirle educadamente: - ¿Podrías reírte un poco más bajito?, necesito preparar a las chicas. ¡Graciasss por tu amabilidaaaad! -


- Mar – dijo Goterón, - dentro de unos minutos descargaremos encima de la playa. El viento me ha dicho que va a preparar unas olas de campeonato para que os divirtáis mucho al surfear. Recuerda todo lo que hemos hablado: al saltar de la nube os soltáis de la mano, pegas los brazos al cuerpo, flexionas las piernas... y ¡a dejarte caer! Cuando acabes de surfear te quedas en el mar unos cuantos días y el sol... ¡ya te evaporará! ¡No tengas miedo, es una agradable sensación!, flotarás y lentamente en forma de vapor, llegarás a la nube escuela y nosotros que os estaremos esperando, te recogeremos y vuelta a empezar, ¿de acuerdo, gotita? - dijo Goterón mientras sonriente le hacía un guiño de complicidad.


- Sí, sí, señor Goterón, ya lo sé... - pero Mar ya no pudo hablar más... Las gotas 525 y 527 le dieron la mano, tiraron de ella y veloces corrieron hacia el borde de la nube y saltaron aguantando la respiración. Durante unos segundos apretaron sus manitas de agua, nerviosas, pero al notar la placidez del descenso se soltaron entre risas de alivio.


Los rayos iluminaban el camino de las gotas “kchssss, kchsssssss”, y el viento las movía de un lado a otro “FUIUUU, FUIIIIIUU” mientras el trueno se reía de las gotitas novatas “BRRRRrrroooouummmmm... bum”


Mar olió el mar al que le había robado el nombre, saboreó la sal que se le pegaba a la boca según descendía, miró hacia abajo y vio las grandes olas. ¡Por fin su sueño se hacia realidad! Entonces vio como se formaba una ola gigante con cresta de espuma blanca que la miraba y les decía afectuosa:


- ¡Venga gotas de lluvia! Que os estamos esperando... -


Mar, con una gran sonrisa, aterrizó sobre la cresta de la ola, flexionó la pierna de delante, estiró la pierna de detrás, abrió los brazos y se deslizó sobre la ola mientras gritaba:


- ¡HUAUUUUUU, QUÉ DIVERTIDO!.



Y así, montada encima de la gran ola, atravesó toda la playa de lado a lado, hasta llegar a la orilla. Cuando la ola era una pequeña onda que acariciaba la orilla, la gotita surfera saltó dentro del mar y se fundió con él, esperando, tranquila a que saliese el sol, la evaporase con su calor y poder subir a la nube escuela en forma de vapor, para poder volver a ser una gotita de agua con muchas ganas de aprender, distintas maneras de caer en forma de lluvia. Mientras flotaba adormilada en el agua salada, imaginaba cual sería su próxima elección para caer en la tierra...



Texto de Patricia Rodrigo Roig.

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