LA SEQUÍA EN ESPAÑA
Este verano, está siendo habitual, hablar de la sequía en nuestro país. Las imágenes de suelos desérticos y embalses vacíos, nos sobrecogen y sensibilizan de la importancia que tiene el agua para las personas, y para la vida en general.
Las perspectivas empeoran, el cambio climático ya es una realidad y sus consecuencias son evidentes. Las olas de calor y las sucesivas sequías nos empujan a una crisis hídrica sin precedentes. Es preocupante ver como se extiende esa mancha en comunidades donde antes creíamos que difícilmente llegaría a afectar, como son Galicia y el País Vasco.
España basa su economía en el turismo, este sector, junto con la agricultura y la industria son los que consumen gran parte de los recursos hídricos, llegando casi al 80% y el resto es para los hogares. Se está derrochando este recurso por falta de infraestructuras y tecnología acorde a los problemas que vivimos actualmente.
El ODS 6 de la Agenda 2030, está enfocado en el agua y saneamiento estando ligado éste, al resto de los ODS, como son: poner fin la pobreza, igualdad de género, entre otros. Siendo tan importante esta cuestión, debería ser una prioridad para los gobiernos promover y desarrollar leyes para ir a la raíz de los problemas derivados de la escasez de agua.
Centrándonos en nuestro país, queda mucho por hacer. Desde hace tiempo, los científicos vienen alertándonos del cambio climático y los pronósticos para España son desalentadores, ya que en un periodo de tiempo no muy lejano, algunas zonas de España serán desérticas. Por lo tanto, estamos ante un gran reto que hay que afrontar con medidas eficientes para atajar esta realidad.
Durante la década de los años sesenta del siglo pasado, se construyeron un gran número de pantanos en España, con el fin de aprovechar el agua cuando se necesitara. El problema radica en que ya no son suficientes y están agotados por la gran demanda que existe.
Es necesario un cambio en el actual sistema agrícola y reducir las grandes extensiones de regadío por otras de secano. Al mismo tiempo, llegar a un equilibrio entre el desarrollo económico y urbanístico, en base al agua que tenemos disponible. Revertir la sobreexplotación, descontaminar y recuperar los acuíferos para que haya un abastecimiento sostenible en el tiempo.
Debemos apostar por nuevos modelos de los usos del agua que impliquen a todos los sectores de la sociedad. Todos debemos tomar conciencia que el agua es un bien preciado y escaso.
Escrito por Antonia Montesinos.
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