CACAS DE BALLENA, EDUCACIÓN AMBIENTAL Y SALUD MENTAL
Hace unos días presenté a mis compañer@s de clase un vídeo sobre la importancia que tienen las cacas de las ballenas en la lucha contra el cambio climático. Se trata de un corto animado de carácter divulgativo elaborado por Greenpeace en el que se aportan algunos datos científicos de una forma accesible para grandes y pequeños. ¿Cacas y cambio climático?… ¿Te resulta curiosa esta relación?… Pues te invito a que lo veas, sólo te llevará un minuto y medio.
Lo comparto en el siguiente enlace.
ENLACE: https://www.youtube.com/watch?v=iJTZcS70pls
Al comienzo de este artículo parecía extraño relacionar las cacas de las ballenas con el clima pero así funcionan las cosas, todo está conectado. Tod@s estamos conectad@s.
No cabe duda que el medio audiovisual es una herramienta fundamental en nuestro trabajo como educadoras ambientales a la hora de transmitir información. Nos ofrece multitud de ventajas: facilita tanto la motivación como la creatividad y, además, favorece los procesos de aprendizaje así como el autoaprendizaje. Seguro que con este vídeo has aprendido muchas cosas que no te habías planteado antes y ¡disfrutando!
Hablemos ahora de esa información que se aporta desde la educación ambiental.
Pues bien, necesita ser realista, científica y accesible pero debe complementarse con otro tipo de visiones más amables (en forma o contenido) de la crisis ecológica con el fin de sensibilizar sin agobiar, para que los oyentes conozcan la problemática pero sin transmitir mensajes derrotistas.
Vídeos o cualquier otro material educativo con datos catastróficos (aunque completamente reales) pueden tener justo el efecto contrario al que queremos: la tristeza, el bloqueo, la negación, el miedo, la angustia por no poder imaginar el futuro… En definitiva, todas estas emociones nos llevan a la inacción.
¿Te produce incomodidad ver islas de plástico en el pacífico, el maltrato animal en fiestas populares o en la ganadería extensiva, la deforestación del Amazonas o los embalses vacíos? ¿Te hace sentir triste o te genera nerviosismo?… Tranquil@, es la respuesta adaptativa y normal de tu cuerpo/mente ante la magnitud de un desafío tan grande como es la problemática medioambiental, se llama ecoansiedad y cada día afecta a más personas de todas las edades, especialmente a las niñas y niños. De modo que, la situación ecológica y social que estamos viviendo puede afectar gravemente a nuestra salud mental.
Ante la ecoansiedad hay que hacer algo. Es una realidad a la que hay que ponerle foco y medios para ocuparnos de ella y en esta tarea juegan un papel trascendental los espacios educativos.
Desgraciadamente en la Tierra ya se han producido daños irreversibles. Y duelen. Por ejemplo, la extinción de especies vegetales y animales y el consiguiente desequilibrio de los ecosistemas. ¿Qué hacemos con ese dolor?… Creo que es importante generar espacios en las aulas o en talleres en los que sentir y compartir emociones (si así lo queremos), de hablar libremente de esa parte más personal, de vivir los duelos por esas pérdidas. Es saludable expresar y compartir, nos hace sentir menos solas y nos ayuda a transitar mejor los momentos difíciles.
El objetivo esencial de la educación ambiental es pasar a la acción. Necesitamos enseñar que tod@s podemos actuar en nuestra esfera de influencia y que cada una de las acciones que podamos hacer desde nuestra cotidianidad cuentan. Por ejemplo, somos responsables de nuestras decisiones de compra cada día. ¿Apoyo al pequeño comercio o compro en Amazon? ¿Compro fruta en un mercado de agricultores o en una gran superficie? ¿Compro un artículo nuevo o de segunda mano?… Estas son las preguntas que la Tierra necesita que nos planteemos. Todavía hay mucho que podemos hacer, hay esperanza y es contagiosa.
No quiero acabar este artículo sin compartir algunas ideas por si te estás sintiendo un poco angustiada o angustiado con la crisis ecológica:
- Conecta con la Naturaleza siempre que puedas ya sea atendiendo amorosamente tus plantitas, paseando por un parque de tu ciudad (te recomiendo visitar el Parque de L’Eixereta en Burjassot con su frondoso bosque mediterráneo) o visitando la playa para conectar con la cadencia relajante de las olas. Sólo lo que se conoce y disfruta puede ser valorado y cuidado.
- Encuentra tu papel en esta problemática, analiza cuál es tu esfera de interés. Todas no podemos abarcarlo todo. Seguramente habrá algún tema de esta compleja crisis que te toque más. Quizás prefieras comenzar por la alimentación, por temas de movilidad sostenible o puede que lo tuyo sea atender a animales en un refugio.
- Únete a un colectivo. Hay multitud de acciones de voluntariado, grupos estables de trabajo, etc. que nos ayudan a transitar el viaje en compañía: “En la conexión con otras personas encontrarás caminos más enriquecedores y que llevan más lejos”.
- Aprende sobre temas socioambientales, pero intenta reducir tus fuentes a las que más resuenen contigo y las que más información veraz proporcionen, huyendo siempre de la sobreinformación o infoxicación.
Las ballenas son unos seres bellos e increíbles y nos han demostrado que sus cacas influyen en nuestra salud mental, lo que parecía imposible es real. Todo está conectado. Tod@s estamos conectad@s.
“No defendemos la naturaleza, somos naturaleza defendiéndose a sí misma”.
TEXTO: Y. Murcia
IMÁGENES: Pexels
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